jueves, 21 de febrero de 2013

HISTORIA


ANTECEDENTES HISTORICOS
DE LA HERMANDAD
DEL
SANTISIMO CRISTO DE LA SANGRE Y MARIA STMA DE LOS DOLORES
ARDALES


Ardales es uno de los pueblos de más abolengo histórico de la provincia de Málaga.
En su término municipal existen vestigios que datan de la edad de piedra, del paleolítico superior, la cueva de DOÑA TRINIDAD. También‚ existe restos de una ciudad histórica de la que nos queda un puente de cuatro arcos. El castillo de Turón sobrevive desmantelado y ruinoso, pero lo más impresionante son las mesas de Villaverde en cuyas crestas perduran las ruinas de Bobastro y su fortaleza sede de un reino cristiano en pleno siglo IX. Este lugar esta nimbado por el halo de una tradición relativa a Santa Argentea que fue martirizada el trece de mayo del año 931. Su iglesia quedo erigida en 1468y, en torno a ella, como en toda España empezaron a configurarse diversas cofradías y hermandades, cada una con una imagen titular y un espacio o capilla dentro del templo. Revisados los parcos archivos parroquiales y municipales de Ardales, así como los diocesanos de Málaga y Sevilla ( a cuyo  arzobispado perteneció la parroquia ardaleña hasta el año 1958),resulta que no se conserva ningún libro, ni de registro de hermanos , ni de contabilidad, ni de protocolo, de ninguna cofradía. Sabemos que existieron, pues hay noticias indirectas como existieron en todos los pueblos, pero las agresiones de los años 1873,1931, y 1936, así como las humedades y roedores del paso del tiempo y poco cuidado de algunos de sus responsables, acabaron con ese tesoro documental. Ello no quita que hasta nuestros días hayan llegado diversas noticias sueltas y esporádicas, pero muy interesantes sacadas del Archivo de Protocolos de Escribanos de Málaga ((A.H.P.M.). De esta forma, gracias a diversas escrituras de testamentos, donaciones y las ordinarias de compra-venta, podemos saber de aquellas cofradías y hermandades preteritas. De estas escrituras se desprende que la práctica totalidad del pueblo pertenecía en siglos pasados a una, varias o todas las cofradías. Que en lugar de cuotas, estas se financiaban con limosnas cogidas en los cepillos de sus capillas y con donativos en dinero y donaciones en especia. Que al morir un cofrade le acompañaban en su entierro los hermanos de su cofradía. Encabezados por la cruz de guía. Que cada cofradía tenía reservado en el templo un lugar para sepulturas de sus hermanos, sobre todo el suelo de las bóvedas y paredes de sus capillas. Las cofradías de Ardales costearon el órgano. En el año 1625 se compro un magnifico órgano para la iglesia parroquial. Fue traído desde Sevilla costo 210 ducados y los costearon entre las cofradías y la parroquia. Las noticias generales referente a la aparición de cofradías se remonta en el siglo XVI. En testamentos de los año 1570,1580, y 1592, los otorgantes  hacen referencia a limosnas y acompañamientos de las cofradías a las que pertenecen, pero sin citar nombres concretos.                            

Una de las tradiciones que circula en Ardales es la referente al Cristo del Retamar. Que cuando la invasión musulmana en el año 711, los cristiano ocultaron en el declive de la colina en donde se alza el Castillo de Turón, una imagen milagrosa de Cristo crucificado para librarla de profanaciones y ultraje de los infieles. Mas de seis siglos permaneció oculta hasta que en el año de 1362 fue encontrada por un grupo de nuevos pobladores, a quienes se les adjudico aquella tierra. Reconquistada definitivamente la villa se erigió la Iglesia Parroquial junto al castillo, edificada con sus piedras, recibiendo el santo Cristo constante veneración. Hasta el año 1643 Cristo fue reverenciado bajo él titulo del    Retamar, pero a partir de esta fecha se le adoro con la advocación del Cristo de la Sangre en virtud del prodigio que realizó y que el pueblo cuenta de la siguiente manera: era el primer jueves de octubre de dicho año. Densas nubes cubrían el cielo y cerraban los horizontes enviando la lluvia, los truenos hacían temblar las viviendas, el pedrisco que de la nube se desprendía aterraba por su tamaño y cantidad. En tan terrible situación oyeron el sonido de las campanas y corrieron a la iglesia, arrodillándose a los pies del Cristo del Retamar.
Fijaron sus miradas en el altar del Crucificado viendo con asombro el triple milagro que acababa de obrar. Las cortinas que le ocultaban habianse corrido por si solas, la lampara desprendía luces vivísimas sin que consumiese el aceite y la sangre corría suavemente por el lado derecho de la imagen. Esta imagen fue guardada como joya de inestimable valor, no solo por lo maravilloso, sino por la antigüedad y belleza de su talla fue destruida en año 1936. Lo acaecido aquel día se ha trasmitido oralmente de padres a hijos. La imagen fue llamada desde entonces el Santísimo Cristo de la Sangre o más popularmente el Señor de la Sangre. Se convirtió en la imagen mas visitada sobretodo para rogarle una curación. Desde entonces cada primer jueves de octubre, se celebra el milagro con una misa a las diez de la noche.
A principios del siglo XVIII ya debió configurarse la HERMANDAD DEL STMO CRISTO DE LA SANGRE, bajo el amparo del sacerdote Ardaleño y consiliario, Alonso Salcedo de Ayala y Aguirre, quien le costeo el retablo de madera dorada, admirado por las generaciones hasta su destrucción en 1931. Don Alonso falleció en 1748 y fue enterrado según su deseo a los pies del Cristo, en el suelo de la capilla. Todavía hoy podemos contemplar su lapida con escudo de armas y morrión e inscripción latina.
En 1761 se habla del olivar de la hermandad del Stmo Cristo de la Sangre:
Una finca donada a la cofradía y mencionada de nuevo 1801 y  en 1915. En la actualidad se la conoce con el nombre del Santo Cristo.
En 1797 gracias al testamento del sobrino de Don Alonso, Don Juan Ruiz de Salcedo y Romero, declarado hermano mayor del la hermandad del Stmo Cristo de la Sangre, tenemos la primera noticia de una salida procesional en Ardales. La procesión sé hacia en Jueves Santo y los que lo llevaban a hombros pujaban por merecer ese privilegio. La siguiente noticia de esta hermandad es del año 1855, en que el Ayuntamiento solicita y asi se hace, que se saque en procesión el Señor de la Sangre para implorar a Dios por el fin de la epidemia del cólera morbo. El 13 de mayo de 1931 las turbas asaltaron la iglesia y el convento con una virulencia mayor que en otros pueblos de la cercanía. En aquellos días fueron destruidas la mayor parte de las imágenes, enseres, objetos y ropas litúrgicas. Quedaron destruido para siempre antiquísimas obras de arte y devoción con antigüedad de muchos siglos, así como el extraordinario retablo de madera tallada y dorada del altar mayor datado en 1588 y los del convento y capillas del Señor de la Sangre y Virgen de los Dolores. Acabada la guerra el ardaleño Fray Juan Bautista de Ardales gestiono la renovación de imágenes, objetos y ropas sagradas de la parroquia ardaleña. El Stmo Cristo de la Sangre esculpe tallada en Sevilla, esta hecha sobre los restos de un gran Cristo de la Misericordia que estaba en el altar mayor; según testigos de la ‚poca la cabeza es la misma del Señor de la Sangre antiguo fue restaurada en Sevilla y donada a la Iglesia en los primeros años de la década de 1940. Doña Josefa de la Rosa esposa de Don Evaristo Leria Guerrero, costeo un nuevo retablo del Señor de la Sangre que es el que actualmente tiene.
Las primeras noticias que se tiene de la hermandad de María Santísima de los Dolores es del año 1783, a iniciativa del entonces cura natural de esta villa, Fernando Benitez del Real se constituyo, la Hermandad de los Siervos de María. Desde unos año antes un grupo de ardaleños mostro su deseo de tener en la iglesia una imagen de la Madre Doloroso, ya que en esas fechas se empezó a rendir culto a la Virgen María, en su acepción de Nuestra Señora de los Dolores junto al Hijo muerto. Hubo una reunión y se decidió fabricar una capilla monumental para esta villa y el encargo de la imagen en Sevilla. La capilla se construyo en el mas puro estilo de la época, con retablo de madera dorada, en un lateral de la nave del evangelio, junto a la sacristía. La capilla quedo concluida el uno de julio de 1788 y el día catorce de agosto vino a bendecirla el muy Rvdo Padre Fray Diego José de Cadiz luego beato. Al año siguiente el 23 de Agosto de 1789, llego desde Sevilla la imagen de la Madre Dolorosa, que fue puesta en su capilla despues‚s de procesionarla alrededor del templo. Once años despues‚s esta Hermandad recibe el Titulo de Hermandad Real según consta de los instrumentos verídicos que obran en poder de su consiliario, el Cura, el cual atestiguo la bella disposici¢n con que los cofrades y fieles veneraban a la Imagen. Aunque la Imagen de la Virgen de los Dolores de la Iglesia fue destruida en 1936 otra propiedad de la familia Zurita permaneció en casa de D.Antonio Zurita Martín. Fue escondida en el pozo del patio, en donde no fue hallada pero quedo mal trecha. En 1937 fue sacada a la luz y llevada a instancia de Fray Juan Bautista de Ardales a Sevilla, en donde fue restaurada. También por deseo de este la Imagen fue donada a la deshabitada iglesia, por estar esta vacía de Santos, y es la que hasta ahora sé esta procesiónando el viernes santo por las calles de la localidad de Ardales.                       

                                                               Fuentes historicas investigadas y recopiladas por :
                                                               Francisco Ortiz Lozano 

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu blog,sin duda una buena iniciativa que contribuye a promover la cultura y tradiciones del pueblo.un abrazo de tu compañero loren.

    ResponderEliminar
  2. Soy Pedro Mañas Viñas y encuentro muy interesante la historia narrada del Santo Cristo de la Sangre que, cuando viví de niño, con 14 años ya oía hablar
    del milagro de la sangre.
    Tengo una "breve historia" de mis años vivios en Ardales. Podéis pedírmela a
    filomusical@hotmail.com. Trataré de facilitarosla. Conocí y ayudé en las misas del gran Fray Juan de Ardales. de grato recuerdo.

    Un abrazo a mis amigos ardaleños , aunque seáis generaciones posteriores
    a la mía, pues tengo 84 años. Alguno habrá de entonces. Me alegraré leer
    sus comentarios.
    Que el Señor os bendiga.
    Pedro.

    ResponderEliminar